En un emotivo y firme discurso el senador Lidio García Turbay, al asumir la presidencia del Congreso, pidió dejar atrás la polarización, recuperar la sensatez política y avanzar en acuerdos para las reformas que el país necesita.
Por Johan Nassar Hower
Bogotá D.C. julio de 2025 (Prensa Sendo) El nuevo presidente del Senado, Lidio García Turbay, en un gesto de respeto y humanidad, fue contundente en pedir a todos sus colegas en la corporación, un minuto de aplausos por la pronta recuperación del senador Miguel Uribe Turbay, quien se encuentra hospitalizado en una unidad de cuidados intensivos, luego de un atentado el 7 de junio del presente año al occidente de la capital de la república.
“¡Fuerza Miguel!, ¡Fuerza Miguel!... Que vuelva al recinto de la democracia colombiana”, exclamó García Turbay con un mensaje que dejó eco en el recinto de la corporación a manera de reflexión ante sus colegas, para reconstruir una Colombia menos dividida.
En sus palabras iniciales García Turbayreconoció que asume la presidencia del Congreso con un País marcado por una grave polarización que amenaza la institucionalidad, la convivencia y la vida misma. “Asumo esta responsabilidad con gratitud y con la firme voluntad de servir, de reconciliar y de trabajar con respeto por todos los sectores del país”, enfatizó.
En su discurso hizo un recorrido histórico y crítico sobre las fracturas sociales y políticas del país, señalando cómo la violencia se ha trasladado del campo físico a las redes sociales y cómo los odios hoy son promovidos incluso desde las instituciones. “Somos varias naciones en una, no por diversidad, sino por la soberbia división que nos rompe como un cristal”, advirtió.
Lidio García propuso una agenda de transformaciones estructurales que incluye una reforma al sistema de salud construida desde el consenso y la evidencia; una reestructuración del sistema judicial para combatir la impunidad; una política de educación pública sólida, centrada en la cobertura, la calidad y las oportunidades para la juventud; la revisión del régimen de inhabilidades por doble militancia, que calificó como una de las decisiones más antidemocráticas del Congreso en los últimos veinte años; y una reforma administrativa al Estado que permita armonizar las competencias y el funcionamiento del nuevo estatuto de las entidades territoriales.
También criticó con firmeza la posibilidad de que los usuarios asuman la deuda de la opción tarifaria eléctrica, en especial en la región Caribe: “Eso es un atropello y una insensatez con nuestra gente”, dijo con contundencia.
El presidente del Congreso destacó la necesidad de recuperar la dignidad del legislativo, rechazando las campañas que estigmatizan a los congresistas por sistema. “Lo más rentable hoy en política es atacar al Congreso. Pero no podemos seguir permitiendo que ser congresista equivalga a cargar un San Benito inquisidor”, reclamó.
En un tono conciliador pero firme, aseguró que todas las bancadas políticas tendrán las garantías necesarias para el debate plural y respetuoso. “No pido que todos respeten las ideas de los colegas, pero sí que se respeten sus derechos sagrados como representantes del pueblo”, afirmó, llamando a devolverle altura al debate legislativo.
“Si amamos la patria, que el único partido que nos una, sea Colombia. Estos no son sueños ni deseos líricos: son propósitos que pongo en el altar de Dios y en este recinto de la democracia”.
La sesión concluyó con aplausos y expectativa por el rumbo que tomará el Congreso bajo esta nueva presidencia, en un año crucial para el debate democrático, el control político y las reformas que demanda la sociedad colombiana.