GOV CO

WEB 1 1

Noticias

Más allá de las balas: las palabras son el nuevo campo de batalla electoral

Los resultados de un sondeo realizado por el Senado muestran que la ciudadanía percibe los mensajes de odio y la violencia política como las principales amenazas para la seguridad de los candidatos de cara a las elecciones de 2026.

 Por: Isabel Escobar Gil

 Bogotá D.C., diciembre 5 de 2025 (Prensa Senado) De cara a las elecciones de 2026, la preocupación ya no se centra únicamente en las armas, sino en las palabras.

Un sondeo hecho por el Senado revela un cambio profundo en el sentir ciudadano: el 39 % de las personas identifica a los mensajes de odio como la mayor amenaza para los candidatos, superando incluso el temor a los grupos ilegales o a la intolerancia política tradicional.

Resulta llamativo observar cómo la agresión verbal y digital ha escalado hasta convertirse en la principal alerta. De hecho, más de la mitad de los encuestados (56 %) percibe que hacer campaña hoy en día implica un riesgo real.

Menos blindaje, más argumentos

Pero ¿cuál es la solución? La ciudadanía no está pidiendo más camionetas blindadas ni más escoltas (opción que solo apoyó el 10 %).

Lo que el 62 % reclama es ir a la raíz: reducir la violencia política. Se exige un debate de ideas, no una guerra de ataques.

Este sentir generalizado respalda el llamado del presidente del Congreso, Lidio García, quien insiste en que proteger la democracia empieza por bajarle el tono a la confrontación.

Moción de Censura un control político del Congreso que sigue en construcción

Con esta figura el constituyente buscó un contrapeso institucional para que el Congreso exija a los altos funcionarios su responsabilidad política en las gestiones gubernamentales.

 

Por Camilo Correa Álvarez.

 

Bogotá, D. C, 4 de diciembre de 2025 (Prensa-Senado). - La moción de censura es uno de los mecanismos más relevantes de control político en Colombia, introducido por la Constitución Política de 1991 con el objetivo de fortalecer la rendición de cuentas y equilibrar el poder entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Recordemos los inicios de esta figura, que se consagró en el artículo 135, numeral 9 de la Constitución, facultando a las cámaras legislativas para proponer moción de censura contra ministros, superintendentes y directores de departamentos administrativos por actuaciones relacionadas con funciones propias del cargo y la desatención a requerimientos y citaciones del Congreso.

El procedimiento exige:

  • Proposición por al menos la décima parte de los miembros de la Cámara respectiva.
  • Debate Público.
  • Votación entre el tercer y décimo día posterior al debate.
  • Aprobación por mayoría absoluta, lo que implica la separación inmediata del cargo.

Con esta figura el constituyente buscó un contrapeso institucional que permitiera al Congreso exigir responsabilidad política. Sin embargo, en la práctica, ninguna moción ha logrado destituir a un ministro desde su creación, debido a las mayorías legislativas que respaldan al gobierno de turno.

Durante los años noventa, los gobiernos de César Gaviria, Ernesto Samper y Andrés Pastrana enfrentaron intentos fallidos. En el caso de Pastrana, el ministro Néstor Humberto Martínez renunció antes de la votación para evitar un desenlace adverso. En los gobiernos de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, se presentaron mociones por temas como los “falsos positivos” y las interceptaciones ilegales, pero ninguna prosperó.

En el gobierno de Iván Duque se rompió récord con 10 mociones en cuatro años, siete contra el ministro de Defensa, Guillermo Botero, que renunció en 2019 antes de la votación, y Karen Abudinen en 2021, también forzada a dimitir.

Desde 1991 se han citado más de 34 mociones, sin éxito en la votación final. Algunos casos relevantes:

  • Néstor Humberto Martínez (MinInterior, 1999) – Renunció antes de la votación.
  • Juan Manuel Santos (MinDefensa, 2007) – Debate por “falsos positivos”.
  • Guillermo Botero (MinDefensa, 2019) – Renunció antes de la votación.
  • Carlos Holmes Trujillo (MinDefensa, 2020) – Dos mociones, ambas fallidas.
  • Diego Molano (MinDefensa, 2021) – Dos mociones, ambas fallidas.
  • Karen Abudinen (MinTIC, 2021) – Renunció por escándalo de Centros Poblados.
  • Ángela María Orozco (MinTransporte, 2019) – Debate por infraestructura.
  • Alberto Carrasquilla (MinHacienda, 2018) – Caso “bonos de agua”.
  • Gobierno Petro (2022-2025): Iván Velázquez (Defensa), Francia Márquez (Igualdad), Andrés Camacho (Minas), Guillermo Jaramillo (Salud), Luis Fernando Velasco (Interior).

Si bien ninguna de estas mociones de censura ha prosperado han servido como una herramienta de presión del legislativo ante hechos de relevancia nacional que han llevado al ejecutivo a tomar decisiones como el retiro de los ministros.

En la actualidad cursa tramite proyecto de ley que paso primer debate en la plenaria del senado para ampliar la figura de moción de censura a 31 altos funcionarios del gobierno nacional, donde se incluye a directores de entidades del orden gubernamental. Así mismo para que no se requiera mayoría absoluta sino simple para que esta prospere.

La Moción de Censura, una herramienta política constitucional que tiene el Congreso para velar por un control político a los gobiernos de turno, que aún sigue avanzando en el legislativo para ampliar su cobertura y alimentar el equilibrio de poderes entre las diferentes ramas del poder público del Estado colombiano.

‘A nueve años del Acuerdo, Colombia es otra… pero son muchas las cosas que faltan’: Julián Gallo

Firmante del Acuerdo de Paz, excomandante de las FARC-EP bajo el nombre de Antonio Lozada y hoy presidente de la Comisión de Paz, el senador Julián Gallo, habló sobre el tema.

Por: Isabel Escobar Gil

Bogotá D. C., noviembre 28 de 2025 (Prensa Senado). – Se cumplieron nueve años de la firma del histórico Acuerdo de Paz, y el senador Julián Gallo mira el país desde un lugar muy distinto al de su vida guerrillera: ahora preside la Comisión de Paz y empuja, desde la institucionalidad, lo que él mismo ayudó a pactar en La Habana.

Al acceder a la entrevista reconoce avances indiscutibles en el Acuerdo de Paz, pero es consciente que aún hay aspectos pendientes.   

A nueve años de la firma del Acuerdo de Paz, cuando usted mira el país hoy, qué es lo que más le sorprende: ¿qué se logró?

R/ Lo que uno pudiera decir es que Colombia es un país distinto. Nadie se hubiese imaginado en ese momento que tan pronto, luego de la firma del acuerdo, íbamos a tener un cambio político tan significativo como es el hecho de que hoy en día tengamos el primer gobierno de izquierda, algo que no había sucedido en 200 años de vida republicana.

 

¿Qué cree que sigue pendiente?

 

R/ En estos nueve años son muchas las cosas que faltan por implementar de ese mismo acuerdo. Por ejemplo, aunque se ha avanzado en este gobierno la entrega de tierras, la reforma agraria, la jurisdicción agraria, el catastro multipropósito, la titulación de tierras siguen siendo retos pendientes.

¿En el aspecto del desarrollo político institucional y el Acuerdo de Paz?

Sigue pendiente la reforma política, a pesar del cambio que ya mencioné con la llegada del primer gobierno de izquierda, la realidad es que los compromisos del Estado en materia de reforma política no se han materializado y ese es un saldo pendiente.

¿Cuál diría que ha sido el mayor aprendizaje personal y político que le dejó pasar de la guerra a la implementación?

Entender que en el mundo de hoy y en la Colombia de hoy, definitivamente, la vía armada para tratar de acceder al poder no tiene ya cabida en el contexto político colombiano e internacional.

¿Lo lleva a actuar más, como senador, en la implementación del Acuerdo de Paz?

R/ En medio de las dificultades de la falta de implementación del acuerdo, se debe persistir en el camino de la paz. Buscar caminos que nos permitan traer hacia el marco de la institucionalidad, a las fuerzas que persisten y que puedan tener todavía unas bases políticas en su accionar. Lograr caminos de sometimiento a la justicia de otras formas de violencia que ocuparon los territorios por la no presencia del Estado. Esa disyuntiva entre persecución militar y policial, o vías de diálogo, no son excluyentes.

Si pudiera enviarle un mensaje al país sobre en qué punto real estamos del proceso ¿cuál sería?

 R/ Tiene que ver con la necesidad de que esa anhelada paz se convierta en un propósito común en medio de las diferencias.

La paz es la cumbre de los derechos. Si no hay paz, no se pueden garantizar los demás derechos, comenzando por otro derecho fundamental, que es el de la vida.