LOS MAFIOSOS QUE ENTREGAN LA VIDA POR LA PATRIA

 

Bogotá D.C. noviembre 17 de 2021(Columna senador Santiago Valencia).- Hace unos días asistí a la celebración de los 130 años de la Policía Nacional. Allí le hicieron un sentido homenaje, a 3 uniformados que infortunadamente perdieron su vida recientemente. Uno de ellos, el capitán Jesús Alberto Solano Beltrán, quien falleció el 30 de abril, dos días después de ser atacado por criminales en Soacha, Cundinamarca; el intendente Edwin Guillermo Blanco Báez, asesinado el pasado 22 de octubre en Turbo, Antioquia por el ‘Clan del Golfo’ y el patrullero Harol David Puentes Rivero, víctima de un ataque el pasado 22 de febrero en Riosucio, Chocó.

Ese día, vi cuando los padres, esposas e hijos de esos policías, se presentaron para recibir el ascenso póstumo, de aquellos seres amados que partieron y que habían decidido entregar su vida por la patria, en cumplimiento de su deber, esos deberes que asumieron pese a todo, para luchar por el bien común, por encima de sus intereses personales y familiares.

Al ver sus caras de impotencia, tristeza y desasosiego, no podía dejar de pensar en el nefasto trino que el actor Julián Román publicó hace varios días refiriéndose a nuestras fuerzas militares involucradas en el operativo que dio con la captura de Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’. El hombre escribió sin pensar: “Mafiosos capturando mafiosos”.

¡Como puede uno ser tan atrevido y apático! Señor Román, ¿a usted le consta esa afirmación? su comentario además de ser falso es malintencionado. Esa aseveración, como la de muchos en las redes sociales, estuvo fuera de lugar y solo ayudó a propagar odio.

No podemos negar que dentro de las instituciones de la fuerza pública han existido irregularidades o la comisión de posibles delitos, pero uno no puede ir por la vida generalizando y estigmatizando, porque si, porque le dio la gana, porque un día se levantó con ganas de ganar seguidores en twitter y convertirse en tendencia.

Personas como usted no se han dado cuenta del alcance que puede tener una publicación de estas en redes sociales y se han convertido en militantes, que, a cambio de balas, disparan mentiras, calumnias, injurias y ofensas. Hay que guardar prudencia y ser sabio, y sino se tiene nada bueno que decir, lo mejor es quedarse callado.

Escondidos detrás de una pantalla, ignoran la sangre derramada por quienes exponen sus vidas diariamente, como los uniformados Juan, Edwin y Harol, a quienes usted decidió meter en el mismo saco de narcotraficantes como Otoniel.

En las casas de ellos, sin duda alguna, todos los días lloran su partida, con el consuelo de que murieron en el cumplimiento de su labor. Pero eso no les quita el dolor, ni les devolverá a sus seres queridos. Por supuesto, esas familias desconsoladas, no extrañan a los mafiosos que usted califica. Extrañan a los padres, hijos, esposos que perdieron. A excelentes profesionales y grandes merecedores de respeto y admiración.

Según un informe de la Policía Nacional, en lo que va corrido del año, 55 uniformados han sido asesinados. Estas cifras duelen y téngalo por seguro, señor Román, que esos 55 policías, no pertenecían a ninguna mafia, salvo a la del compromiso y amor por la patria.

Mi mayor respeto y admiración infinita a las familias de todos los policías y militares caídos. Nuestros corazones estarán eternamente agradecidos por darnos, sin esperar nada a cambio, a los tesoros de sus vidas. Honor y gloria por siempre a nuestros héroes.


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