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El claroscuro de la reforma tributaria en el Congreso

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El proyecto del gobierno está en una fase decisiva. Las dos comisiones económica
s de Senado quieren hundirlo; las dos de Cámara no. El martes será la votación definitiva. 

Por: Jaime Arbeláez Ospina

Bogotá D.C., 25 de octubre de 2025. (Prensa Senado). - El claroscuro es una técnica artística que emplea fuertes contrastes entre luz y sombra, una forma metafórica, para establecer en qué va el trámite en el Congreso del proyecto de Ley de Financiamiento del Gobierno después de la última y acalorada sesión de las Comisiones Económicas de Senado y Cámara, con fuertes discusiones y señalamientos, previo a la decisión definitiva programada para el próximo martes

La votación del pasado martes en la Comisión IV de Cámara arrojó 10 votos a favor y siete en contra para hundir la propuesta tributaria; la Comisión IV de Senado registró ocho votos por el sí y cuatro por el no; y en la Comisión III de Senado hubo 11 votos por el sí y tres por el no.

Con ese escenario, la mesa directiva, en cabeza del representante Wilmer Castellanos, Alianza Verde, dijo que era necesario el sí mayoritario de las cuatro comisiones para hacerse efectivo el hundimiento de la iniciativa. Sin embargo, varios congresistas respondieron que sólo bastaba el sí de una comisión para que así fuera posible, apoyándose en la sentencia C-420 de 2024 de la Corte Constitucional.

Lo sucedido generó una aguda controversia que se desató con la ruptura del quorum por los integrantes de la Comisión Cuarta de Cámara y la posterior terminación de la sesión por el representante Benavides. Previamente, el senador Mauricio Gómez, liberal, había manifestado que “vamos a hundir la tributaria así estemos aquí hasta el 31 de diciembre”.

Panorama con nubarrones

Ante dicho panorama, es claro que la reforma tributaria sigue en pie en su trámite, pero oscuroporque está debilitada en las comisiones, no cuenta con las mayorías estables que la respalden. También por la resistencia de sectores que consideran inconveniente el texto y porque no hay ambiente para pedirle a los colombianos $16,3 billones con nuevos gravámenes, que son los que se necesitan para financiar el Presupuesto General de la Nación de 2026, entre otras razones.

Con ese mal ambiente políticoen año preelectoral, no ha naufragado gracias a ‘jugaditas’ de aliados que le han dado oxígeno mientras el gobierno busca salidas, como ceder en algunos impuestos disminuyendo en casi 10 billones de pesos el recaudo contemplado en principio. 

En su intervención el ministro de Hacienda, Germán Ávila, manifestó que el Ejecutivo estaría dispuesto a revisar o incluso retirar artículos que han generado malestar en el Legislativo.

Por ejemplo, el impuesto a la cerveza, al carbono, que incrementaría el precio de la gasolina; ya no gravar boletas espectáculos culturales y deportivos de más de 500.000 pesos, ni los ingresos de las iglesias que provengan de actividades comerciales no asociadas al culto. 

En ese aspecto ripostó el expresidente del Congreso Efraín Cepeda, senador conservador, diciéndole al titular de la cartera de hacienda que “el año pasado ustedes no ejecutaron 80 billones de pesos, que se quedaron en caja. Y a octubre de este año no han ejecutado 85 billones”. Y agregó“el gasto de funcionamiento ha crecido a un ritmo de 38 billones de pesos anuales mientras la inversión sólo crece 4.8. Si necesita el 16, pues recórtelo al gasto de funcionamiento del año entrante que crece en 37 billones de pesos”.  

Entre tanto la senadora Aida Abella manifestóLa Ley de Financiamiento responde a una necesidad. Subir los ingresos tributarios de manera progresiva recayendo sobre quienes tienen mayores ingresos. ¿Les parece malo buscarlos en quienes más recursos tienen?”.

Lo que algunos opinan es que la Casa de Nariño está auscultando un escape digno. “No quieren que haya reforma por hacerle daño al Gobierno”, dijo airado el ministro Ávila. Por eso, la propuesta alternativa de $6 billones lo que demostraría el interés de una solución fiscal responsable en medio de la crisis. 

Y el archivo le serviría para reforzar su narrativa de bloqueo institucional desde el Congreso en perjuicio de los programas sociales de la gente. Ávila aseguró en la sesión: “simplemente hay una vendetta contra el gobierno, no importa que sacrifiquemos a la sociedad colombiana, no importa que sacrifiquemos los programas sociales que se requieren para el país”. 

El senador Richard Fuenlantala respondió: “no nos digan que son necesarias más reformas tributarias, cuando vemos que los programas sociales disminuyen y los impuestos suben a todos los colombianos”.

Con ese tablero planteado comienzan a perfilarse ganadores y perdedores del eventual siniestro, como el ministerio de Hacienda, porque el presupuesto del próximo año queda desfinanciado en $16 billones y no puede modificarse por decreto. Tendría que recortar o aplazar gasto, afectando inversión estatal y capacidad de ejecución en áreas estratégicas. Las opciones serían endeudarse o radicar una ley de adición presupuestal, con un ambiente incierto.

Hoy, el proyecto está empantanado: las dos comisiones del Senado quieren hundirlo, las dos de la Cámara no. El problema para el gobierno es que se agota el tiempo para el trámite. Cuenta con 10 días para aprobarse en el Congreso, hasta el 16 de diciembre, cuando los parlamentarios se van de vacaciones. 

En conclusión, la reforma tributaria ingresa a su fase final,después del puente de velitas decembrinas, el martes 9 de diciembre, entre luces y sombras.

Más allá de las balas: las palabras son el nuevo campo de batalla electoral

Los resultados de un sondeo realizado por el Senado muestran que la ciudadanía percibe los mensajes de odio y la violencia política como las principales amenazas para la seguridad de los candidatos de cara a las elecciones de 2026.

 Por: Isabel Escobar Gil

 Bogotá D.C., diciembre 5 de 2025 (Prensa Senado) De cara a las elecciones de 2026, la preocupación ya no se centra únicamente en las armas, sino en las palabras.

Un sondeo hecho por el Senado revela un cambio profundo en el sentir ciudadano: el 39 % de las personas identifica a los mensajes de odio como la mayor amenaza para los candidatos, superando incluso el temor a los grupos ilegales o a la intolerancia política tradicional.

Resulta llamativo observar cómo la agresión verbal y digital ha escalado hasta convertirse en la principal alerta. De hecho, más de la mitad de los encuestados (56 %) percibe que hacer campaña hoy en día implica un riesgo real.

Menos blindaje, más argumentos

Pero ¿cuál es la solución? La ciudadanía no está pidiendo más camionetas blindadas ni más escoltas (opción que solo apoyó el 10 %).

Lo que el 62 % reclama es ir a la raíz: reducir la violencia política. Se exige un debate de ideas, no una guerra de ataques.

Este sentir generalizado respalda el llamado del presidente del Congreso, Lidio García, quien insiste en que proteger la democracia empieza por bajarle el tono a la confrontación.

Moción de Censura un control político del Congreso que sigue en construcción

Con esta figura el constituyente buscó un contrapeso institucional para que el Congreso exija a los altos funcionarios su responsabilidad política en las gestiones gubernamentales.

 

Por Camilo Correa Álvarez.

 

Bogotá, D. C, 4 de diciembre de 2025 (Prensa-Senado). - La moción de censura es uno de los mecanismos más relevantes de control político en Colombia, introducido por la Constitución Política de 1991 con el objetivo de fortalecer la rendición de cuentas y equilibrar el poder entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Recordemos los inicios de esta figura, que se consagró en el artículo 135, numeral 9 de la Constitución, facultando a las cámaras legislativas para proponer moción de censura contra ministros, superintendentes y directores de departamentos administrativos por actuaciones relacionadas con funciones propias del cargo y la desatención a requerimientos y citaciones del Congreso.

El procedimiento exige:

  • Proposición por al menos la décima parte de los miembros de la Cámara respectiva.
  • Debate Público.
  • Votación entre el tercer y décimo día posterior al debate.
  • Aprobación por mayoría absoluta, lo que implica la separación inmediata del cargo.

Con esta figura el constituyente buscó un contrapeso institucional que permitiera al Congreso exigir responsabilidad política. Sin embargo, en la práctica, ninguna moción ha logrado destituir a un ministro desde su creación, debido a las mayorías legislativas que respaldan al gobierno de turno.

Durante los años noventa, los gobiernos de César Gaviria, Ernesto Samper y Andrés Pastrana enfrentaron intentos fallidos. En el caso de Pastrana, el ministro Néstor Humberto Martínez renunció antes de la votación para evitar un desenlace adverso. En los gobiernos de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, se presentaron mociones por temas como los “falsos positivos” y las interceptaciones ilegales, pero ninguna prosperó.

En el gobierno de Iván Duque se rompió récord con 10 mociones en cuatro años, siete contra el ministro de Defensa, Guillermo Botero, que renunció en 2019 antes de la votación, y Karen Abudinen en 2021, también forzada a dimitir.

Desde 1991 se han citado más de 34 mociones, sin éxito en la votación final. Algunos casos relevantes:

  • Néstor Humberto Martínez (MinInterior, 1999) – Renunció antes de la votación.
  • Juan Manuel Santos (MinDefensa, 2007) – Debate por “falsos positivos”.
  • Guillermo Botero (MinDefensa, 2019) – Renunció antes de la votación.
  • Carlos Holmes Trujillo (MinDefensa, 2020) – Dos mociones, ambas fallidas.
  • Diego Molano (MinDefensa, 2021) – Dos mociones, ambas fallidas.
  • Karen Abudinen (MinTIC, 2021) – Renunció por escándalo de Centros Poblados.
  • Ángela María Orozco (MinTransporte, 2019) – Debate por infraestructura.
  • Alberto Carrasquilla (MinHacienda, 2018) – Caso “bonos de agua”.
  • Gobierno Petro (2022-2025): Iván Velázquez (Defensa), Francia Márquez (Igualdad), Andrés Camacho (Minas), Guillermo Jaramillo (Salud), Luis Fernando Velasco (Interior).

Si bien ninguna de estas mociones de censura ha prosperado han servido como una herramienta de presión del legislativo ante hechos de relevancia nacional que han llevado al ejecutivo a tomar decisiones como el retiro de los ministros.

En la actualidad cursa tramite proyecto de ley que paso primer debate en la plenaria del senado para ampliar la figura de moción de censura a 31 altos funcionarios del gobierno nacional, donde se incluye a directores de entidades del orden gubernamental. Así mismo para que no se requiera mayoría absoluta sino simple para que esta prospere.

La Moción de Censura, una herramienta política constitucional que tiene el Congreso para velar por un control político a los gobiernos de turno, que aún sigue avanzando en el legislativo para ampliar su cobertura y alimentar el equilibrio de poderes entre las diferentes ramas del poder público del Estado colombiano.